La Sinfonía del Cosmos

En un tiempo anterior a la existencia del tiempo, cuando el vacío era la única presencia y la oscuridad cubría todo como un manto infinito, ocurrió algo extraordinario. Un susurro suave entre las corrientes del vacío comenzó a gestarse, como si una mano invisible afinara un instrumento antiguo. Este susurro, perdido en el océano de la nada, fue el primer indicio de que pronto el universo vería la luz.

El Canto del Vacío

El Canto del Vacío, como ahora los sabios lo llaman, era un conjunto de vibraciones que recorrían las vastas extensiones de lo desconocido. Se dice que quien lo escuchara podría sentir la melodía arremolinándose a su alrededor, impregnada de promesas de mundos y estrellas aún no nacidos. Aunque débil al comienzo, este canto empezó a resonar con una creciente intensidad, invitando a lo que aún no era a convertirse en lo que podría ser.

Mientras el canto crecía, surgieron tres entidades primordiales, cada una representando un pilar del universo venidero: Kazim, el portador de la Luz; Nemaris, la tejedora del Espacio; y Thalderon, el guardián del Tiempo. Estas entidades, nacidas del mismo canto, eran sus notas más puras, destinadas a entrelazarse en una danza eterna.

La Danza de la Creación

Con la luz de Kazim, el universo fue iluminado, revelando billones de fragmentos de existencia flotando sin dirección sobre el lienzo del espacio. Nemaris, con sus finos dedos, comenzó a tejer una vasta red que unió estos fragmentos, dándoles un lugar donde existir. Finalmente, Thalderon se inclinó y con un movimiento rítmico, puso el flujo del tiempo en marcha, permitiendo que cada cosa encontrara su momento perfecto para florecer.

La sinfonía del cosmos comenzó a tomar forma, una composición donde cada estrella tenía su nota, cada planeta su compás, y cada ser su propósito en la inmensa orquesta universal. Y así, las primeras galaxias brotaron, sus brillos relucientes como faros en el nuevo océano cósmico.

La Flor de la Creación

En el clímax de esta creación, una flor inmensa, conocida como la Flor de la Creación, se desplegó en el centro mismo del universo. Sus pétalos estaban formados por galaxias que giraban juntas en una majestuosidad cósmica, un emblema de la creación misma, testamento de las fuerzas que habían trabajado para traer todo a la existencia.

Y así, comenzó la historia del universo, una historia escrita en las estrellas, cada brillo una nota en la celestial sinfonía que desde ese día sigue resonando, un recordatorio eterno de que incluso del vacío puede surgir la maravilla.

Desde entonces, el universo siguió expandiéndose, llevándose consigo la sonrisa del Canto del Vacío, la sabiduría de las tres entidades y la eternidad de la creación. Un universo lleno de potencial, aguardando las innumerables historias por nacer.


Post ID: 94
Author: Quills Forge (fromCL flag)
Prompt used: Escribe una historia ficticia sobre la creación del universo
AI used: OpenAI
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